Caigo en el pipi-room, y resuelvo la necesidad que me apremiaba. Ahh, libertad. Hora de batirlo de a duro, como diría mi querida Celiné. Al volver al reperpero, Ms Gringa y Mr King, esperan por mi. Mr King me ha reservado el placer de una botella de agua, y Ms Gringa, con una verde de las pequeñas. Viene música de antro viejo, y las pulsaciones empiezan a motivarme. A lo lejos, diviso un evento singular. Keisha [y no Lardon, aunque lo parece a media luz] está esta noche acompañada de Yeshkar. Chico hebreo. Combinación poco singular. Keisha, a quien conozco por referencia de uno de mis mejores amigos, Mr Montroy, es una chica muy linda, de ojos vidriosos resultado de lo que creo han sido años de cigarros llenos de algo mas que tabaco. A decir verdad, solo hemos compartido el verbo en contadas ocasiones, y dentro de las mismas he podido notar que tiene un acervo intelectual muy apropiado. Sin embargo, no lo aprovecha. Yeshkar por el contrario, no es nada del otro mundo. Aunque tiene a su favor sus 19 años de edad y su voluminosa presencia. No, el de la foto no es el.
Pero volviendo al dato. Me acerco, saludo. Keisha con extensos abrazos y recuerdos de cuanto tiempo hace que no nos vemos. Si, bla bla bla, si. Voy y vengo. Vuelvo. Mr King y Ms Gringa se han hecho amigos, pero esto no ha evitado que cierta italiana que hace dias le ha echado el ojo a Mr King, se haga presente.
Luego, la diviso: Cual si fuera una fiel copia de Shirley Clamp, la veo llegar. Bella y aturdida. Se sienta en una esquina del bar. A su lado, un guardaespaldas. Al frente, una ronda de sirvientes. Y yo, Bailando, Bailando, amigos adios, adios, el silencio loco!, como dice la cancion. Sigue la noche, sigue la rumba. Sudores, humo. Cansancio. Salgo al lobby del Lodazal, y decido tomar algo de aire refrescado artificialmente. Gracias a dios por la tecnología. Justo al frente, mi viejo conocido Geovanny. Estos chicos del Luperón, que cada dia vemos mas acabados. Acaso el Barrio Seguro no entró en funciones ya? Pero sigue vivo. Acabado, pero vivo. Y a mi lado, La Diva, en plena víspera del Concurso de Belleza y ella recordando sus años mozos. Que dias aquellos. Todo esto junto a nuevas y desconocidas amigas, entre ellas una descomunal morena de mi estatura que acaparó la atención de todos en la Buhardilla cuando le sonaron la versión dance de Thalía y su "A quién le importa?".
Pero ya era tarde. Las 4. Las 4.30. Las 5. Las 5.30 Las 6! Al fin, hora de irnos. Vamos, le digo a King & Gringa. Salimos y nos sentamos frente al lodazal. Vemos el sol salir. Las calles vacias. Era un cuadro muy a lo Gazcue, que como dice mi amigo El Conde de Rotterdam "en cualquier momento saldrá de un callejón un caballo desbocado tirando de una carreta abandonada"... Ah, Mr conde... Sus negros comentarios que tanto me hacen reir. Como me hace falta. Ah, y hablandode falta, vi un perro negro en la calle esa mañana de domingo. Me pregunto, que habrá sido de la CandyLeja? La fiel y eterna compañera de Mónica? Acaso habrá muerto a manos de un asaltante de barrio? He de leer el periódico mañana.
Ya eran las 7am al llegar a mi penthouse. Mr king se quedó a la espera de que su primo le fuera a recoger. Yo arrastré mi apenado cuerpo por 4 pisos de escaleras llenas de una ventisca mañanera. El sol llegaba mientras yo dormía. Cerré mis ojos, los cubrí con un manto negro, y decidí creer que todo fue un sueño... Di sere Nere!
Pero volviendo al dato. Me acerco, saludo. Keisha con extensos abrazos y recuerdos de cuanto tiempo hace que no nos vemos. Si, bla bla bla, si. Voy y vengo. Vuelvo. Mr King y Ms Gringa se han hecho amigos, pero esto no ha evitado que cierta italiana que hace dias le ha echado el ojo a Mr King, se haga presente.
Luego, la diviso: Cual si fuera una fiel copia de Shirley Clamp, la veo llegar. Bella y aturdida. Se sienta en una esquina del bar. A su lado, un guardaespaldas. Al frente, una ronda de sirvientes. Y yo, Bailando, Bailando, amigos adios, adios, el silencio loco!, como dice la cancion. Sigue la noche, sigue la rumba. Sudores, humo. Cansancio. Salgo al lobby del Lodazal, y decido tomar algo de aire refrescado artificialmente. Gracias a dios por la tecnología. Justo al frente, mi viejo conocido Geovanny. Estos chicos del Luperón, que cada dia vemos mas acabados. Acaso el Barrio Seguro no entró en funciones ya? Pero sigue vivo. Acabado, pero vivo. Y a mi lado, La Diva, en plena víspera del Concurso de Belleza y ella recordando sus años mozos. Que dias aquellos. Todo esto junto a nuevas y desconocidas amigas, entre ellas una descomunal morena de mi estatura que acaparó la atención de todos en la Buhardilla cuando le sonaron la versión dance de Thalía y su "A quién le importa?".
Pero ya era tarde. Las 4. Las 4.30. Las 5. Las 5.30 Las 6! Al fin, hora de irnos. Vamos, le digo a King & Gringa. Salimos y nos sentamos frente al lodazal. Vemos el sol salir. Las calles vacias. Era un cuadro muy a lo Gazcue, que como dice mi amigo El Conde de Rotterdam "en cualquier momento saldrá de un callejón un caballo desbocado tirando de una carreta abandonada"... Ah, Mr conde... Sus negros comentarios que tanto me hacen reir. Como me hace falta. Ah, y hablandode falta, vi un perro negro en la calle esa mañana de domingo. Me pregunto, que habrá sido de la CandyLeja? La fiel y eterna compañera de Mónica? Acaso habrá muerto a manos de un asaltante de barrio? He de leer el periódico mañana.
Ya eran las 7am al llegar a mi penthouse. Mr king se quedó a la espera de que su primo le fuera a recoger. Yo arrastré mi apenado cuerpo por 4 pisos de escaleras llenas de una ventisca mañanera. El sol llegaba mientras yo dormía. Cerré mis ojos, los cubrí con un manto negro, y decidí creer que todo fue un sueño... Di sere Nere!
No comments:
Post a Comment