Sabana de la Mar

Cosas raras que uno encuentra en línea. Pero muchas veces, encontramos algo interesante. Este escrito si que me lo pareció, puesto que representa claramente el estres de la clase media en que "aspiramos" a convertirnos... Disfruten:

El hombre se sentó en la cama, esperando un milagro. Miró a todas partes y comprobó que su mujer dormía sin roncar. Cualquiera la compra, y hace casi un año se puso a dar show bailando pegao con un italiano rarísimo en la boda de una amiga. Pensó en la palabra LEJOS.

Todavía no sabía lo que iba hacer. Se metió al baño. Dos años de lo mismo. Debajo de la ducha pensó en las palabras TAEDIUM VITAE.

Apenas 33 años.Sería bueno subirse a una guagua y visitar Sabana de la Mar. Le gustaba ese nombre. Julio Iglesias iba a Sabana de la Mar en helicóptero a comprar masa de cangrejo, ¿o era a Miches?

Salió del baño y buscó una corbata para el saco gris de los miércoles, recordó que era domingo. Hoy era el día para ir a comer con los suegros y la familia de la mujer. Hoy era el día para hablar de la historia del mueble y de niños superdotados que ya hablan por el celular. Hoy era el día para desaparecer.

En Sabana de la Mar anuncian a través de una bocina que escucha todo el pueblo cuando hay habichuelas blanditas en casa de doña Niña. Una sirena marca las horas, nunca un incendio.Fue a la cocina y puso la greca. Encendió un cigarrillo ojeando el periódico. En Sabana de la Mar no tendría que deprimirse leyendo. Para un hombre con una maestría en Alta Gerencia de INTEC no debe ser dificil aprender a pescar cangrejos, olvidar, empezar otra vida. Lo importante es no sentir verguenza por ser pescador, lo importante es no responder cuando te llamen en la calle, lo importante es aprender a vivir en una cueva sin aire acondicionado pero con el mar en la ventana.

Recordó a Pound: "I have seen fishermen picnicking in the sun..."Bebió el café como un condenado a muerte. Pensó que sólo necesitaría un bulto con pocas cosas, pararse en un cajero automático y sacar todo el dinero permitido, y ahí mismo romper la VISA. No podía llevarse el carro, no sería justo para los otros pescadores. Podía seguir usando su nombre: Juan es cualquiera.

Debería escribir una nota de despedida, eso evitaría una búsqueda policial. Después de unos años, cuando su piel esté curtida por el sol, cuando haya perdido ciento cincuenta libras con su dieta de pescado, la llamaría por teléfono para arreglar el divorcio.

La verdad es que no se iba por ella, era todo, era la ciudad, era él. Ella no lo seguiría, ella no dejaría este apartamento en Bella Vista ni esta vida en sociedad de lunes a lunes por un muelle con yolas de colores. Ella era feliz.

Fue a la habitación, tomó el bulto rojo, echó par de jeans, par de t-shirts y unos tennis diesel nuevos: regalos de su mujer para ponerlo a la moda. Se iría en havaianas, también un regalo de su mujer, dejaría que sus pies aprendan a respirar en la calle.

La mujer despertó, le sonrió.-¿Qué haces?-Me voy a viví pa Sabana de la Mar.-No, deja eso pa otro día, hoy tenemo que ir donde mamá, ta va a hacé un pastelón de berenjena...

El hombre se pasó la mano por la barba, decidió afeitarse y empezó a vaciar el bulto: primero los t-shirts, luego los tennis diesel, y por último los jeans, que metió uno a uno en el gavetero doblándolos como su mujer le enseñó a doblarlos.